La noticia de que Pornhub había hecho su acceso “premium” gratuito en España durante el estado de alarma fue un bombazo desde el primer momento. Y no fue el único país. Antes de eso, en Italia, la empresa de streaming pornográfico ya había puesto en marcha la misma estrategia desde que se decretó la cuarentena por coronavirus.
Actualización, septiembre 2020: Desde la publicación de esta entrada, se me ha contactado como fuente para algunos proyectos relacionados. En agosto acepté colaborar con la cadena ZDF de Alemania: Explotación sexual: “Ningún partido político va a regular o prohibir el porno»
Desde que se anunció, varios medios nacionales dieron la noticia como una curiosidad, lo cual funcionaba para la estrategia de Pornhub: ganar tráfico con el boca a boca para fidelizar usuarios y lograr conversiones a su plan premium cuando la crisis del coronavirus pase.
Es, básicamente, la estrategia de marketing que están siguiendo en todo el mundo a medida que los ciudadanos van quedándose en sus casas.
Lo que parece no terminar de incorporarse a la narrativa ofrecida por los medios españoles, son las denuncias relacionadas con pornografía infantil. Pornhub lleva tiempo siendo acusado de alojar vídeos sin el consentimiento de quienes participan en ellos o, según se muestra en la BBC, vídeos de menores de edad siendo abusadas sexualmente. Es el caso de Rose Kalemba: “Fui violada con 14 años y el vídeo acabó en una página porno”.
Más tarde, escribía en su cuenta de Twitter, en inglés:
En un mundo perfecto, nadie sería agredido sexualmente. Nunca dejaré de luchar por eso. Pero mientras tanto, NO HAY RAZÓN para que una web pueda beneficiarse de la violación, incluida la de niños.
Traducción del tweet de Rose Kalemba
Hace unos días varios profesionales que denunciamos los abusos en la industria pornográfica lanzábamos una campaña para hacer frente a la propaganda y estrategia de marketing de Pornhub en España.
Tiempo después, un usuario me hizo llegar la historia de otra víctima de agresiones sexuales que había sido grabada y luchaba por retirar los vídeos de Pornhub.
“Fui abusada y utilizada para porno infantil desde que era una bebé hasta mis 15 años”
Avri Sapir, como se hace llamar en Twitter, es la víctima de un presunto delito de abusos sexuales en la infancia. Pero, además de eso, cuenta cómo peleó para retirar los vídeos de la plataforma Pornhub en los que, además de agredida, era menor de edad.
El idioma original del testimonio es el inglés, pero ya se ha traducido a otras lenguas como el franc´és o el español.
Al principio, dice, fue fácil retirar los vídeos, sobre todo “con aquellos en los que era evidente que se trataba de un bebé”. La parte difícil vino con aquellos en los que la edad era bastante más ambigua y Pornhub no veía un claro caso de pornografía infantil.
La víctima de estas agresiones sexuales y de los vídeos de pornografía infantil vincula su caso a la falta de control que Pornhub tiene sobre aquello que publica. “Lo único que les preocupa es el número de visitas” dice en su cuenta de Twitter “de esa manera pueden mostrarte más anuncios”.
“Mis vídeos como menor de edad en Pornhub estaban monetizados”
Mientras esto sucedía, la plataforma se estaba lucrando gracias al tráfico que estaban recibiendo los vídeos en los que se mostraba pornografía infantil.
El modelo de Pornhub, en realidad, es muy similar al que utilizan otras plataformas de streaming como Youtube. En su plan gratuito, Pornhub y Youtube ponen anuncios antes y durante los vídeos para ganar dinero con el tráfico. Solo aquellos usuarios que pagan una cuota mensual por el servicio “premium” pueden omitir los anuncios y acceder a otros beneficios en la plataforma.
Es en lo que se basa su campaña de marketing estos días de cuarentena: Pornhub, premium, y gratis.
¿Dónde está la trampa? En que están logrando que los usuarios se registren para su servicio de Pornhub premium gratis y, cuando eso sucede, obtienen sus datos. Aunque también hay quienes se preguntan qué uso hace Pornhub de la información de sus usuarios registrados, todavía no hay una información sólida.
La otra cara de la moneda, sin embargo, es que Pornhub, como intermediario entre quien sube el vídeo y el usuario, se está lucrando con material en el que pueden verse agresiones sexuales. Incluso en algunos casos en los que el vídeo ha sido pactado, quien aparece se arrepiente y no logra borrarlo de Internet, como sucede a nombres con la popularidad de Mia Khalifa.
Tanto Avir Sapir como Rose Kalemba estan vinculadas a la plataforma TraffickingHub que denuncia la presencia de vídeos ilegales en servicios de pornografía streaming sin consecuencias para sus administradores.
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No sabemos que sucede tras las cámaras del porno
Los servicios de streaming solo son una parte de la industria pornográfica mainstream. Aunque el caso de Avir Sapir y Rose Kalemba no forma parte del negocio legal y se vincula más con la distribución de pornografía infantil, he documentado casos de agresiones sexuales silenciadas por la industria.
El Salón Erótico de Barcelona es un ejemplo mucho más visible de cómo el negocio tiene unos canales de comunicación excelentes para lavar su imagen y lograr que su mejor cara aparezca en los medios de comunicación. Lo conté en el vídeo La mentira del Salón Erótico de Barcelona.
Y en mi charla TEDx hablé de la investigación que hice durante la etapa en la que trabajé como periodista o redactor fantasma para la industria pornográfica española.
Otros enlaces de interés: