Color Out of Space es el último intento de adaptar un relato de H.P. Lovecraft al cine. El autor de Providence y padre del terror cósmico se caracteriza por haber generado una obra de culto basada en su propia mitología que ha ganado un reconocimiento creciente con las décadas. Sin embargo, pocas de las adaptaciones al cine de sus relatos han sido capaces de captar la esencia de la historia original.
Color Out of Space, dirigida por Richard Stanley, se estrenará en Estados Unidos este 24 de enero (en España todavía no tenemos fecha de estreno, aunque se proyectó en el Festival de cine de Sitges). Se basa en el relato de Lovecraft “El color que cayó del cielo” (The Colour Out of Space) que se publicó originalmente en 1927. Ha pasado casi un siglo entre ambas obras y la película ha hecho algunos cambios para adaptarse a los gustos actuales y alcanzar las casi dos horas de duración. Para empezar, el elenco de personajes es mucho mayor, y están interpretados por Nicolas Cage, Madeleine Arthur, Q’orianka Kilcher, Joely Richardson y Tommy Chong.
El argumento gira alrededor de la familia Gardner, que se ha trasladado a la granja familiar heredada del padre de Nethan Gardner (Nicolas Cage) en la zona ficticia de Arkham. Al igual que en el relato original, los acontecimientos se desencadenan a partir de una noche en la que un meteorito cae cerca de la casa. A partir de aquí hay grandes diferencias entre la adaptación y el original. Lo que veremos en Color Out of Space es el descenso a la locura por la influencia que el meteorito tiene en los Gardner.
Color Out of Space no es Mandy
Aunque las interpretaciones y los efectos del meteorito en la psique de los personajes son bastante siniestras, pocas veces a lo largo de la película se alcanzan puntos destacables de terror. Color Out of Space hace cambios positivos en comparación con El color que cayó del cielo que funcionan mejor en la pantalla, como la protagonista femenina adolescente, Lavinia Gardner (Madeleine Arthur), frente al habitual narrador masculino de perfil académico o investigador típico en la literatura de Lovecraft. Ubicar la historia en la actualidad también ofrece unas oportunidades muy interesantes que, sin embargo, parecen desaprovechadas de cara al final.

Da la impresión de que Stanley se ha fijado demasiado en Mandy para alcanzar una estética psicodélica en la cinta. Muchos fans esperaban con ilusión que Cage hiciera algo parecido a lo que logró en la película de Panos Cosmatos. No obstante, no es tan memorable ni original.
Nicolas Cage interpreta a Nicolas Cage
Color Out of Space no es muy buena en lo que intenta. Por un lado, hay momentos en los que es evidente que el director buscaba acercarse a The Thing de John Carpenter pero ni los personajes ni el entorno acompañaban. Por otro, como drama familiar sobrenatural tiene escenas que no tienen sentido. La familia Gardner no son personajes muy consistentes, y en varios momentos de la película se les ve actuar de formas poco acordes a su personalidad. Puede ser por el agua y la locura, pero tras terminarla queda la sensación de que el guion no tenía muy claro lo que quería conseguir, así que trató de llegar a todo.
Por su parte, Nicolas Cage sigue siendo un personaje extraño que destaca por interpretar a individuos de a pie totalmente desquiciados. En este caso, un padre cuya transformación a lo largo de la película roza lo cómico en ocasiones y en muy pocas lo inquietante hasta el punto de sacar al espectador de la historia.
Color Out of Space no es Mandy porque en esta última se sabía con lo que se trabajaba. El tono, el guion y los personajes parecían construidos alrededor de la idea de que Nicolas Cage volvería a interpretarse a sí mismo, y funcionó. Pero a pesar de ello, Color Out of Space funciona como entretenimiento psicodélico en una película de terror que busca ser única sin demasiadas pretensiones. La historia tiene agujeros y el suspense que se espera de una adaptación de Lovecraft no resulta efectivo.
¿Terror para los fans de Lovecraft?
El terror lovecraftiano, eldritch o terror cósmico es muy distinto al establecido por Edgar Allan Poe o al que nos tiene acostumbrados el cine. Lo audiovisual tiene que ser, justamente, visual, y a menudo vemos recurrir al body horror en la pantalla. Esto funciona el guion sirve a propósitos como el de La Mosca de Cronemberg o incluso Hellraiser de Clive Barker, pero los fans de Lovecraft buscan algo distinto que la pantalla no parece entender bien. Tal vez sea porque las reglas del cine se basan en mostrar y no en contar cuando el terror de Lovecraft hacía precisamente lo contrario. Al final, el lector se queda con la idea de que está ocurriendo algo más grande, poco concreto, con el relato, y lo que verdaderamente crea el terror es la propia imaginación.

Color Out of Space se ubica dentro del universo creado por Lovecraft, aunque lo hace de una forma demasiado explícita mostrando primeros planos de obras de autores pertenecientes al círculo encargado de contribuir y ampliar los Mitos de Cthulhu. También hay otras referencias a la obra creada por el autor desde la mención a Arkham, el Necronomicon o Innsmouth y la Universidad de Miskatonic pero no se amplía ni tiene efecto en la narración sino que funciona como una especie de fan service.
Por eso es probable que los fans más exigentes de Lovecraft no encuentren en Color Out of Space la adaptación definitiva del autor al cine, pero es una buena opción para los nostálgicos de películas ochenteras de terror como The Blob y otros títulos de ciencia ficción de serie B.
Color Out of Space se queda a medio camino entre The Thing y el terror ambiental de Aniquilación sin alcanzar en ningún momento lo que hizo a estas películas originales en el panorama del cine de terror. La interpretación de Nicolas Cage está a la altura de la que hizo Mandy, pero el guion no le acompaña. Al final, lo que queda es una película ochentera, agobiante, de toques psicodélicos que puede que no haya entendido, pero quizás tampoco había mucho que entender. Tiene guiños a la obra de H.P. Lovecraft, aunque no alcanza lo que hace su narrativa tan especial.